La Veneno

Cristina Ortiz Rodríguez

Cristina Ortiz Rodríguez levantó una revolución histórica en España y en todos los países hispanoparlantes como Perú y México en donde hablar de los temas de disidencia de género quizás hoy en este 2021 y en el mes del pride sería escándaloso. Cristina la veneno era públicamente una trabajadora sexual transfemenina nacida en el 64 ¡Imagínate el escándalo! Las vueltas de tuercas mentales que provocó, si luego salió en tv nacional con los pezones escapando de sus vestidos escotados, preciosas piezas de arte, vitrinas de voluptuosidad, poética de la tela. 

FOTO: CORTESÍA ATRESMEDIA

Allí revoloteando sus tetas, peleando con su mamá, diciéndole “mi alma, siempre te di vergüenza” directa y a los ojos, sin importar la altanería, porque en esos tiempos no se le respondía a la jefa. Pero cuando tienes el autoestima, y te reconoces a profundidad venenosamente, la jefa eres tú misma Cristina, por eso la voluptuosidad tuya no es de plástico, ya se volvió poder, el pecho no solo tiene dos bubis inmensas, sino todo el orgullo y la honra de no haberle mentido a nadie y de ser incorruptible.


Los Noventas y el vedettismo

Los 90’s fueron pura fama y vedettismo, el veneno se inoculó en la tv local y los niños y niñas pudieron ver a escondidas que alguien era feliz, y libre. Aquel ser adulto en tacones y joyas sonriendo conmovió el corazón de escritorxs en la edad en la que aún no sabían leer. Que luego en la adultez pudieron contar las señales que enviaban las trabajadoras sexuales, las travestis, los maricos, las diosas, las eminencias, y el brillo.

Archivo personal de La Veneno

La fama le llegó con los millones, y los millones en las manos te ciegan la mirada, te ajustan a lo innecesario. Por eso se cometen delitos, se le hace daño a cierta gente. Si no tienes el poder del rating, y ya no hay contratos, la locura puede subir como el trago a la cabeza, y luego deshidratación y males congénitos. 

Para luego ir a prisión a contar lágrima por lágrima un presente de días largos. Así estuvo la veneno, pagando entre violadores y asesinos, una pequeña ave asustada pero defendiéndose como podía, a la siniestra de la corrupción del heteropatriarcado bestial que existe en un penal de mala muerte, de mal vivir. Pero con gente que la amaba esperándola siempre.

La Veneno es el ícono sexual y reluciente de todo país hispanoparlante, cada país luego también tuvo su ícono preponderante en las señales de tv, donde niños y niñas como yo, preferíamos ver a alguien brillar por dentro y por fuera que ver el futbol o riñas y violencia en televisión.

Jedet, Daniela Santiago e Isabel Torres en ‘Veneno’ / Atresmedia

La Veneno me apunta con su cigarrillo encendido
Una vez más cuelgo el lapicero para apuñalar la hoja
Agárrate que viene en curva
Me hace las uñas y veo sus tetas flotando en un corpiño de látex
Me cura las heridas
Me lava la piel
Sonríe y se muerde el labio
El rojo mate pintó su diente
Ese diente es mi alma
De la mano de mi padre
El cual fue un hombre afortunado
Porque no nací varón
Por eso mis tacones no son tan altos
El rock es la serpiente que decora la cabeza de la veneno
Hablemos de cash
Para inyectarnos los labios
Quiero parecerme a Amanda Lepore
Cuánto puedo sacar si grabó una porno?
Cuelgo el lapicero en el seno derecho de Cristina
Y le pinto el seno
Cuantos golpes hemos recibido de nuestros maridos querida?
Comos nos dañaron psicológicamente?
Revienta ese último toque en mi casaca de jean
Para que me entre un poco de niebla 
Aquí en el malecón
Donde llueve y la marea aumenta
El make up tiene que ser a prueba de agua
O de cualquier dolor.

Fiorella Terrazas a.k.a. Fioloba

Saca las Chelas escrito por Fiorella Terrazas Espinoza a.k.a. Fioloba

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