La mirada de Yuliana es como mora un caballo inocente con una ventana como alma y resuena profundo en el oído de alguien tan sensible. En algún hormiguero se hallará una luz para los trabajadores, hay un grito social entre líneas a modo de luz que hace retumbar los asientos al momento de leer, tomarse un tiempo y un té si hace frío y leer estos textos es retornar a esos delirios de niños queriendo paz mundial allí es donde está la mirada clavada de estos desbordes celulares de Ortiz-Ruano.
F.E.T.E.
Retomé el trayecto cuando la isla volvió a cubrir sus bordes detrás de las palizadas:
observada desde el cosmos Limones parece una célula o un erizo de mar moviéndose a 1 km/h arriba del océano Pacífico.
Ato la boca que quiere describir las razones por la cual este mar debería nombrarse de otro modo para continuar con la descripción minuciosa de la isla vista desde arriba.
Limones desde arriba es un cienpiés redondo imposibilitado. Desconozco el camino que me lleva a la casa donde mi cabeza destruyó el cuerpo de mi madre para hacerse vida.
Desconozco la angustia del parto desmesurado
cuerpos vaginados que se parten para dar paso a otra continuidad inhumana.
Voy a nombrar de nuevo este mar
voy a decirle por ejemplo:
Boca que todo lo traga Animal deglutiendo lo inservible Domo de dioses destruidos Historia no visible de la vida en el oxígeno
Este mar que todo lo traga esta boca de dientes infinitos este habitáculo de mantarrayas esta agua oscurecida por el derrame de petróleo esta orilla donde barcos chinos descargan basura / Este animal reptando en la orilla del fin de Pangea este mar con bordes de mangle es el hogar que nunca soñé.
El no hogar televisado: Una orilla desfigurada a través de los recorridos de los pies de santos y balazos una orilla desbordada debajo de la silueta del sol de lluvia.
Digo esto es un hogar cuna de bolero aún no inventado de canción sin principio ni fin de sonido de garganta enroncada por el sol la sal y el aguardiente
banquete para el oído del mundo bulla desatomizada.
No sé lo que es un Hogar pero puedo correr con mis pies de animal salvaje descalza hasta reconocerlo.
No conozco la casa donde grité por primera vez para existirme ridícula como un ser de agua y nunca de oxígeno.
No puedo reconocer desde la lancha las cabezas que surgen como hongos negros y levantan sus brazos desde el muelle para saludar y bienvenirme.
¿Esto es un hogar?
Esto es un hogar: una lancha apelmazada con sacos llenos de animales emplumados muertos tres maletas rotas por los trayectos desilachándose saliéndose las ropas como de un cuerpo destripado unas zapatillas arrancando la piel de los pies que laten de andar y el agua entrando a cuentagotas por los orificios microscópicos del suelo de este hogar a la deriva esperando que la marea la arrastre hasta la tierra.
¿Cómo nombrar lo nunca antes visto? ¿La obsesión del decir de dónde viene?
Como un ombligo que desemboca en la Vía Láctea ¿Quién le puso nombre? ¿Por qué lo hicieron?
Nombrar es hacerse isla: Limones es la repetición infinita del exceso.
No quiero llamarte nombre mirado desde una lancha te veo desde el ojo invisible que se derrumba en mi cabeza.
Desde aquí te veo pero la marea no me deja encallar veo los calvos animales aguardando por mi ayuda y unas pieles cubiertas de hongos único mapa posible de lectura de la isla: Solo puedo aterrizar en este planeta si leo las pieles de mis coterráneos.
Todo lo que necesito conocer está en el ojo de mi rostro adherido a la distancia de la isla/ todo lo que necesito conocer está en los poros de esas pieles acumulación insólita de células pigmentadas masa de carne tensa un auxilio no digerido mi ojo se derrumba arriba de mi cabeza espero:
La lancha oscila se mueve sobre su eje como la tierra a lo lejos el muelle teteante de humanos y luces coloridas
¿cuando llegaré?
Tal vez la urgencia del arribo extienda mi lenguaje.
Yuliana Ortiz–Ruano (Esmeraldas, 1992) Ha publicado Sovoz (Hanan Harawi, Lima, Perú 2016) y Canciones desde el fin del mundo (Amauta&Yaguar, Buenos Aires, 2018 – Kikuyo Editorial, Quito 2020 – Libero Editorial, Madrid, 2021). Ha participado en festivales y encuentros literarios en Ecuador, Perú, Colombia, Argentina y Chile. Obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Literatura, categoría poesía Libre Libro, 2019 con el poema Bitácora de lo animal y Mención de honor en el concurso nacional Poesía en Paralelo 0, 2017, con Canciones desde el fin del mundo. Perteneció a los grupos de investigación académica en artes: Trágico y tránsito (Filosofía) y Soltando la palabra, pedagogías subversivas en torno al pensamiento de Juan García (Literatura afrodescendiente y prácticas pedagógicas). Formó parte del grupo de investigadoras de Latinoamérica y el Caribe en el Mapeo de Feminismos Negros en Abya Yala, Re-existencia transfronteriza «entre aquí y allá».