Moshi-moshi // Andrés Paniagua

Necesitamos hablar. Hay un espacio entre tú y yo que no vamos a terminar de llenar con puro discurso. Una aporía corrosiva que desgasta el recuerdo del encuentro que nos sostiene. Aún así, creo que hay una posibilidad de renovación en la poética del habla cotidiana, del pronunciamiento diario en el desayuno. Estos poemas Andrés Paniagua muestran algo así como una poética del silencio íntimo donde el discurso se quedó corto ante un habitar físico con el otro. Quizá es el no decir diciendo que permita una conexión de verdad.

-E.L.A.


Puentes

Tardamos dos noches en ver una película.
Una señal del resfrío y el poco tiempo que nos queda
después del trabajo. 

Como a mucha gente
me gustan los chickflicks.

No es secreto y no me pienso extender en eso, 
el tema es que pese a mi edad
aún cito para explicarme. Una señal
de lo mucho que necesito aprender sobre las emociones.

Te acuerdas de la chica de mi salón en la universidad
era aficionada a las novelas románticas. 

No recuerdo qué leía yo o en lo que pensaba en las horas 
de clase pero la recuerdo a ella y probablemente pensara en ella
o en quién se detendría en un puesto de periódicos para leer Los puentes de Madison— 
la curiosidad guiada por un déficit en la educación sentimental —mejor dicho—
mis prejuicios. 

La verdad es que hoy no tengo nada en contra de esas novelas, 
salvo Los puentes de Madison. 

No puedo con el libro ni las películas. 

Vi la versión del 95. No la entendí, y es una lástima, 
sobre todo por el elenco y la dirección: Meryl Streep
y Clint Eeastwood en su único papel romántico.

Como dije —prejuicios. 

Lo que me lleva a pensar en Corín Tellado. 

Recuerdo que la chica de mi salón en la universidad
también solía hablar de ella.

Lo cierto es que durante la universidad 
nunca leí a Corín Tellado
ahora pienso quién no desearía vivir una novela
de Corín Tellado, y si no vivirla

al menos comprarla o recibir el pago en dólares por escribir
novelas tan exitosas y tan rosas
pero sobre todo tan exitosas 
que puedan venderse en los puestos de periódicos mexicanos

a 9 dólares de los noventa 
o la renta de Una habitación en el campo
y Aquellos besos y La encrucijada de Dyan:
su novio médico con gran porvenir pero con pocas intenciones de comprometerse;
o elegir al ganadero, más humilde y menos adinerado,
quien le profesa una entrega total.

Un tipo Ciegamente enamorado. 
Podrían acusarnos de envejecer y repetir tramas con una y otra persona. 

¿Ves lo que digo?
Esta clase de certeza solo se presenta una vez en la vida.

*

Moshi-moshi

Puedo dejar la cara en la bocina
y quedarme en silencio 
pero si ti tú no lo haces yo
no lo voy a hacer. Un año
de tanto huir al fin la anécdota que provoca rasquiña
cuando hace tanto que no hemos en verdad
nadie quisiera traer el tema a colación.

Por qué siempre
debe haber un obstáculo tratando
en medio del circuito. 

Tendremos que hacer algunos cambios.

Un fututo donde las cosas posean inteligencia
y una porción de la culpa. Teléfonos 
entregando obsequios de puerta
en puerta
disculpándose contigo
por negarse a escuchar. 

Lo curioso es que suceda aquí. 
El muy imbécil nos metió en un problema
y está claro que fue planeado. 
***

Las circunstancias en las que nos conocimos
(las mencionó por teléfono)
fueron estás: 
un monólogo de Donne en la escenografía de un bosque. 
Salimos de clase a compartir un helado
y sin deseos de escuchar el resto ofrecimos un malentendido 
a las nuevas amistades.
Y si nos encontráramos en las mismas circunstancias
el monólogo debería ser otro
uno que no solo busque toda clase de encuentros 
y gente extraviada
y al echarla de menos hablara menos acerca de ella y raras veces
pensar sobre el chisporroteo de tu agotada vela
con quién estoy o si te mueves o pellizcas
para despertar. 
Ahora es cuando: 
el truco consiste en moverse fuera de la voz y de la vista. 
De otra forma no nos molestaríamos con levantarnos y salir
cerrar los ojos contra cualquier asunto 
o propuesta
con sacudidas de cabeza para lo que sea tengas en mente. 
***
 
Tendremos que hacer algunos cambios:

teléfonos sentados al pie de la cama
sosteniendo tu mano para ayudarte a entender:

las comidas 
se volvieron más animadas
al duplicar las posibilidades de diálogo
y en lo que respecta a la bebida:
aprendiste a limpiarte la boca para no dejar 
huellas en los vasos
***

En lo personal me gustarían otros cambios:

volver muy temprano por la mañana

mes y medio antes
de recibir ese inútil título en literatura y encontrarnos 
corriendo escaleras abajo 
al final de la primavera
***

(pero no hay sello postal que envíe llamadas
de vuelta a la Inglaterra de hace tres siglos
no hay sello postal que haga llamadas
hacia atrás hacia el momento en que su tumba
no había sido cavada y John Donne
mira por la ventana
las hojas de un abril que llueve
y pájaros caer entre los árboles como piezas
de un tablero lleno de estática
y John Donne de pie mira a la llamada
andar por el pasillo
hasta el salón de clases y la llamada camina 
con sumo cuidado porque su bastón
está hecho de vidrio)
***

No es que me imagine desapareciendo
que sucedió: 
vi a los otros continuar
sin cambios en sus ocupaciones
en sus problemas frecuentan los mismos bares
a los mismos amigos

aunque libre de explicaciones el sentido dramático que llevo dentro
es capaz de conmover despojos
y desvestirse de la vanidad. 
Solo hasta entonces vino la calma. Como arrastrar hojas secas

la gente a mi lado ensuciará el baño y llamará
antes de venir y cuando el agua no baje por la tubería.

Excepto si se trata de la ducha: allí hay dos personas hablando de un futuro
desconocido hasta ahora. 

Ese futuro me parece una coladera. 
Si llueve apostaré en contra de él. 

Planeo gastarme todo en una comida con papas fritas plato fuerte y helado. 
***

Un futuro donde solo nos comuniquemos con esto

tendremos que hacer algunos cambios

gente contestando el teléfono con la frase
papas y helado

y el volumen de la bocina lo suficientemente alto
para que puedas escuchar. 

Andrés Paniagua (CDMX, 1992) Es autor de (Una banda de punk llamada) Rattus (Barnacle, Buenos aires; UAEMex, 2021), Sin nada detrás (Periferia de escribidores, Mx, 2019), Usted está aquí (Ed. Mantarraya, Mx, 2016) y coautor de Señales de ruta (Herring Publishers, Gold Rain, Mx, 2019). También traductor. Su trabajo ha sido  publicado en distintas revistas y sitios web como Tierra Adentro, Oculta Lit, Dolce Stil Criollo, Vozed, Digo.palabra.txt., Low-fi Ardentía, Grafógrafxs, Fracas, Al-Araby, San Diego Poetry Annual, entre otros. Forma parte de Lhabloratorio Colectivo. Ha sido becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA.

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