1 9 8 7 // Jeremy Torres-Montero

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Para Gianfranco

«Desde la Victoria a la gloria», gritan tres hinchas de Alianza Lima que ondean banderas blanquiazules, y descalzos y con los pantalones viejos recogidos, se adentran en la mar turbia de tristeza de Ventanilla. «Murieron todos con la camiseta puesta. Menos el piloto, porque a él Dios no lo quería, y porque la desgracia no le toca a los cobardes, ni a los que son ajenos porque sí».

Reynoso se me acerca, maldice su lesión, si él viajaba, de seguro, lo escucho entre el llanto, de seguro no se morían porque él tiene buena suerte. Quizá, le respondo y me hago con un puñado de arena que se escurre de entre mis dedos como cuarentaicuatro vidas, quizá ellos se morían y tú te salvabas, porque, como dices, tienes buena suerte. No era tu hora, nada más, le digo y él se aleja, lento, lúgubre, entre los hinchas que le dan el pésame y le encargan, sin vergüenza, que lleve sobre su espalda lo que resta del torneo local.

Flaco, dice un periodista que se me acerca con una botella de Mirinda helada, debes estar muriendo de calor con esa capucha negra. Eh, sí, respondo, y acomodo la prenda para ocultar mi huesudo torso, es mi ropa de trabajo. El negro va con el luto, continuo y me siento bobo, absurdo, humano. Bebo un sorbo de la gaseosa, sé que es de naranja por el color, pero no percibo sabor alguno, bien podría ser salada como sus lágrimas, como el océano.

Me pongo de pie al ver a un miembro del comando técnico arrastrarse en la orilla, luego a un delantero y así hasta que todos los muertos, sus almas, observan atónitos a la multitud alrededor.

No los van a oír, les digo y me les acerco, vengo por ustedes. ¿Qué pasó?, me pregunta Calderón, el avión se cayó y luego… Luego se murieron, finalizo la sentencia del técnico. Chicos, es como decían, estamos muertos, dice Calderón y el equipo se lamenta porque de seguro Universitario se hará con el campeonato. Ya asimilaron la muerte, solo me queda mostrarles el camino hacia la eternidad.

«Antes que el sueño, o el terror, tejiera mitología y cosmogonías, Calderón parafrasea a Borges, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era, y ahora somos parte del mar».


JEREMY TORRES-MONTERO Nació en Lima, Perú (1987). Escritor peruano, administrador de la casa editorial Speedwagon Media Works y co-fundador de Uróboros, una plataforma multidisciplinaria para la difusión de la ficción especulativa, el terror y la fantasía. Ha publicado cinco libros y sus cuentos han aparecido en algunas revistas Latinoamericanas.

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