En tiempos de Giordano Bruno // Luis Marcelino Gómez

Aún son muchas las batallas que hay que ganar, si bien Roma no se construyó en un día, no hay que perder de vista el trabajo que queda pendiente por hacer. El poema de Luis Marcelino Gómez es una denuncia, un repaso histórico y un señalamiento. Creemos los espacios, los diálogos y los contextos que nos permitan abrir al mundo. Que se abra esa puerta.

J.G.


EN TIEMPOS DE GIORDANO BRUNO

.

Nunca podrán cortarme la lengua
porque nuevamente crecerá, como
[la cola de un reptil.
¿De qué me serviría tanto conocimiento cincelado
[en mis ojos si no hablara?

Ancianos, que disfrutaron de su sexualidad,
y jóvenes que se regocijan a plenitud sin que
[nadie los critique,
hablan todavía de Lot.
No se refieren al incesto con sus hijas cuando
[lo embriagaron
ni a Moab y Ben─Ammi, sus hijos nietos.
Tampoco dicen que Abraham y Sara eran hermanos,
ni que desde el comienzo somos hijos del incesto.
¿Acaso Adán y Eva, al ser hijos de Adonai, no eran
[también hermanos?

¿Quiénes son esos
que se creen ungidos con un derecho único?
¿No es de ellos la culpa?
He escuchado a sacerdotes, imanes y maestros
blasfemar desde sus estrados contra mí.

Karol Józef Wojtyla reiteró la condenación
a los miembros del Sagrado Batallón de Tebas.
Y aún con tanto o más ahínco
la ratificó Joseph Ratzinger.
Actuaron como Ippolito Aldobrandini,
quien en 1600 dispersó los átomos
de Bruno en el espacio.

Los Hitler y los Castro lo reiteran.
Comunistas y religiosos de todas las
[denominaciones me condenan.
Y la plebe aprueba que me quemaran
[durante la Inquisición;
que los nazis me incineraran en sus campos
[de exterminio;
que los mulás sigan justificando mi ahorcamiento,
que aún hoy los militantes del Dáesh me lancen
[desde las alturas
para que me destroce contra el pavimento
en medio de un corro.

Cuando surgen nuevas leyes,
que me otorgan elementales beneficios,
hay quienes protestan y se mofan.
Mientras cada día hay más países
que derogan leyes arcaicas que me discriminaban,
hay quienes protestan y se mofan.
Y Rusia se comporta como en tiempos de Stalin.
Y en Irán me ahorcan entretanto sus dirigentes
[niegan mi existencia.

He visto a un rabino casarse con su amigo y seguir
[presidiendo su congregación.
He visto a un cristiano casarse con su amigo y seguir
[guiando a sus ovejas.

Pero otros de ama a tu prójimo como a ti mismo
siguen llamándome pecador.
Piden mi genocidio,
como en tiempos medievales.
Actúan como Clemente VIII hace cuatro siglos.

Nunca podrán cortarme la lengua.
Y desde aquí señalo a quienes me niegan
[el derecho a la felicidad.
Porque ya sabemos que este es nuestro edén.
Nuestra estación única.


Luis Marcelino Gómez (Cuba, 1950) escritor, psiquiatra, doctor en letras hispánicas. Se desempeña como profesor de español y portugués en The University of North Carolina at Chapel Hill, Estados Unidos, donde hace varios años creó e imparte el primer curso de Creación Literaria en español. Ha publicado cuatro poemarios: Canción a solo (1998), Hambre de pez (1999), Bajo los arces (2017) y Como mi hermano el salmón (2021); así como cuatro colecciones de relatos: Donde el sol es más rojo (1994), Oneiros (2002), Memorias de Angola, cuentos africanos (2003), Cuando llegaron los helechos (2011). En 1985 se le confirió el Premio Nacional de Cuento en La Habana, Cuba. En 2007, fue Finalista del Premio de Cuento Juan Rulfo en París, Francia. «En tiempos de Giordano Bruno» pertenece a su último poemario: Como mi hermano el salmón (Editorial el ateje, abril, 2021).

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