Hablamos de cuerpos demasiado reales, de memorias que tienen carne y caminan los poemas de Marlene Ayala. Cuántas vidas virtuales no serán meros simulacros de una vida perfecta y ascéptica. Para eso estos poemas, para recordarnos que los robots también lloran, las muñecas también sueñan con una transmisión en vivo.
J.G.
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las influencers de moda fueron suplantadas
por robots
es más
ni siquiera por robots
ahora son muñecas digitales
de hermosas piernas largas
y camisas blancas
de pelo ondulado
húmedo
y bailan dramáticamente
con chicos de barba prolijamente cortada
las influencers de moda fueron suplantadas
por el siguiente código
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ellas dicen
“tenés que usar esto
y aquello
y esto otro
te quedó bien el jean negri?
claro que no
demasiada carne bebé
tu problema
es que sos demasiado real”
pero a las influencers robots
también las tocaron cuando no querían
y también lloraron
frente una cámara
una infinita
lágrima de pixeles
–
*
.
no siempre fuimos así
antes robábamos balines en el kiosco del abuelo
y nos íbamos a tirarles a las ratas que estaban en
[un baldío
antes mi prima se llevaba los caramelos a escondidas
y hacíamos carpas con sillas en el living
y jugábamos a contar historias de terror
o hacer que nuestras muñecas de repente
se amaran
con un amor tan fuerte
más fuerte que cualquier ken pudiera darle
no nos hacían falta ni príncipes
ni muñecos de acción
no hacía falta nada más que un buen vestido
y una mesa con dos minicopas
ellas se peinaban las unas a las otras
y se besaban
10 muñecas mías y 10 de ellas
hasta que alguien trajo a max steel
a la casa del abuelo
entonces estalló la guerra
mi prima y yo queríamos al hombre guapo
y forzudo para la mejor de nuestras muñecas
adornamos toda la casita
jugamos a que él debía elegir
y de repente todas eran servidoras
le servían el café
y el muñeco se iba a trabajar
así se pasaron las tardes
entre gaseosas
y revistas de moda
así aprendimos mi prima y yo
a ser mujeres
quisiera ser una barbie butterfly
y escuchar solamente el estallido de las alas desplegándose
saber que no me desnucará el encierro
que los ángeles me van a dar una espada
para escapar de casa
quisiera transformarme en una barbie butterfly
y tener unas hermosas alas psicodélicas
alas fucsias y verdes y naranjas y turquesas
alas que no volaran levemente y soltando polvitos
como la tinkerbell
sino que funcionaran como los propulsores de mojo jojo
y que arrojaran un humo verde tóxico
sobre la cama de mis padres
despacito
preparo la huida
la huida plástica
la huida de las muñecas
–
*
.
en la sala de entrenamiento
las chicas de pole dance
se estiran tanto como pueden
una pierna primero
luego la otra
gatito bueno
gatito malo
no se olviden de las puntas
las chicas alejan los brazos de si mismas
como si trataran de pasarse
una a una la rabia
para que esta noche duela menos
pero las chicas de pole dance
saben que el dolor
es una luz convaleciente
una quemadura deliciosa
una herida de guerra
un trofeo
para las chicas de pole dance
la muerte es un sugar daddy
Marlene Ayala (Buenos Aires, 1991) Reside actualmente en Provincia de San Luis. Es poeta Simmer, editora y diseñadora en Perniciosa Editorial. Diseñó varios fanzines pero los guardó en Megaupload pero los perdió en el cierre del 19 de enero de 2012 provocado por el FBI. En 2017 fue seleccionada para participar de la primer residencia del Festival Internacional de Poesía de Rosario. Es autora del libro Family Game (Ed. Perniciosa, 2016) que fue reeditado por la Editorial digital Matrerita en 2021 en formato Ebook.
Sube sus poemas en: https://mimonstruopop.tumblr.com/
Felicidades, que poesía tan actual y tan intensa, y encima con un concepto interesante, no me queda más que agradecer porque existan revistas literarias y poetas así, es justamente todo lo que hace falta en estos días.
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