La vida en internet es la vida real hoy por hoy en plena pandemia al Sur de América, pero quizás siempre hemos tenido un corazón cibernético quienes hemos convivido con animes noventeros, escapando de la escuela para ir a cabinas de internet o cibercafés, como le llamen en tu país, a chatear con algún desconocido o desconocida al otro lado del mundo. Volar en ese estado de programación constante para “destacar” o mostrar tu yo profundo en las redes sociales. Carvalho nos simplifica ese análisis en estos poemas y en toda su obra escrita apostando por esas fantasías que cada vez calan más en la sociedad y su rara apuesta por existir.
F.E.T.E.
DEJASTE MI COMPUTADORA LLENA DE VIRUS
No pude hacer nada la pobre se bloqueó Increíble que la computadora también se enferma dice la abuela Para ella este aparato es una tele nomás Me pasaste el disco que más te gusta por un flash memory MemoriaflashMemoriaveloz ¿Cómo traducirlo? No importa porque todos entienden Abrí cada canción. Copié cada canción Me dejaste la memoria llena de virus yo creo que es más fuerte que un resfrío. Una fiebre amarilla Electro – fiebre - amarilla debe ser dice la abuela No puedo averiguar qué es Solo tengo esta memoria enferma mejor la desconecto no se puede vivir así tan enferma Los restos descansan en el patio trasero debajo de desechos de hierro carbón y melancolía
NO SOY UN ROBOT
Quisiera tener las misiones bien guardadas no olvidar cada diez minutos ¿Por qué vine aquí? ¿Por qué tengo este frasco de mermelada en mis manos? Que no puedo abrir Que no puedo abrir Quisiera que alguien me jale de aquí hasta el cuarto de baño un ser superior me encierre en la piscina, quite la escalera No pueda salir No pueda salir Que un jugador Un ser superior coloque la cocina al lado de mi cama y con un botón quite todas las ventanas de mi cuarto abra el gas prenda la cocina y yo No me pueda mover No me pueda mover No soy un robot Yo me asusto Yo grito Yo estoy aquí, quemándome por nada
UNA POLERA QUE DIGA
Este cuarto me aprieta las ventanas de cartulina decoran muy bien ocultan tan bien el paso de vida Esta silla me succiona el neón blanco intermitente enceguece aleatorios designios Una fila de hormigas se pasea por mi c u e l l o yo las dejo que este cuerpo sirva para algo (creo) Y todos los hongos invisibles perfectos y acondicionados son lo único que crece y muere en este cuarto que respira con asma que se fatiga que me castiga Dame una polera que diga
POLVO Y PURPURINA
Un día estás mirando el cielo circular recostada sobre los frutos de tus hijos Cada día más cerca del aljibe te escondes debajo de la cama y das vueltas hasta encontrar las manos de tus padres y ves de nuevo el cielo circular Todo es azul este planeta el fondo del aljibe las cortinas de la abuela mientras miras tus días proyectados sobre la piscina redonda que siempre quisiste construir en el patio de tu casa Hundes tus pies en esos recuerdos líquidos Te hundes Te hundes y flotas en el cielo circular en medio de polvo y purpurina Todo es blanco Todo es luz y despiertas en la cuna para ver una vez más el cielo circular
Lucía Carvalho (Bolivia, 1993). El 2017 publicó su primer poemario Fiesta equivocada con la editorial independiente Torre de Papel. Ha colaborado en las revistas digitales: Liberoamérica, Colibrí y Cronistas Lationamericanos y Muy Wuaso. El 2018 participó del Festival Internacional de Poesía de Rosario, Argentina en el marco de la residencia para poetas emergentes. El 2019 ganó el concurso Pablo Neruda para poetas jóvenes bolivianos con el poemario Universo 127. Algunos de sus poemas están en antologías nacionales e internacionales. Coordina el proyecto de difusión cultural feminista Cyberelfa.