(1) Sería demasiado heteronormado de tu parte no hacerlo. Coger con tu ex colabora a la eventual caída de la sociedad monogámica, de las instituciones matrimoniales y otras cosas que podrían darle pesadillas a un cuyo que agoniza en el Perú.
(2) Es un ejercicio de nostalgia. Y como cualquier ejercicio de nostalgia estará cargado de melancolía, de viejos lugares clavados en la memoria. Pero algo habrá que hacer, después de todo, los cadáveres en el desierto son devorados por los buitres. Y pasarás las noches en la cama pensando si fue un error meterte con tu ex, y serán noches bellas como la arena, que en realidad es mierda de pescado.
(3) Te permitirá estudiar filosofía. Habrá que investigar más sobre el círculo del eterno de retorno del que habla Nietzsche. Utiliza la biblioteca municipal para buscar referencias válidas. Schopenhauer y los filósofos orientales, también pueden ser un buen trampolín para saltar a los brazos de tu ex cada tanto.
(4) Recordarás por qué le dejaste. No hay nada que agregar aquí, sabes de lo que hablamos.
(5) Practicarás gimnasia, pero mental. ―No mames, no has cambiado nada, sigues siendo un culero. ―Tú nunca me entendiste, puñetas. ―Te odio, no sé ni por qué vine. ―Ya no te reconozco, estás más gorda. ―Tú también te vez más repuestito, ¿tú mamá sabe que eres joto?
(6) Puedes saltarte la burocracia del cortejo. Aquí no hay quien viva, hija.
(7) Tendrás la oportunidad de documentar tu miseria. Performáticamente. Serás la invidia del mundo del arte, recibirás flores (incluso de Avelina Lésper). Será una nueva era para Fluxus y tú serás el protagonista de un nuevo movimiento de vanguardia que llevará tu nombre.
(8) Disociarás (¡al fin!) el amor del sexo. El agua y el aceite no se mezclan. La figura es: Desnudo bajando una escalera no. 2 de Marcel Duchamp.
(9) Soledad, nunca más. La única que queda cuando todos se van, diría Trevi. Pero mejor estar sin ella, y cantar a todo pulmón la papa sin cátsup.
(10) Hace frío, pero hace más frío en su corazón. Y eso no debería importar mucho si llevas una buena chamarra y un poquito de café.
Jesús de la Garza
Febrero, 2021