Los poemas ecfrásticos de Alexandro Castro son también introspecciones filosóficas. A partir de dos imágenes del artista plástico Nino Pruneda, el poeta ha realizado estas composiciones que nos invintan a adentrarnos (caer más bien) en el abismo de su cuerpo.
J.G.

Tecato
A partir de una ilustración del artista Nino Pruneda He recibido más dedos índices que manos abiertas. El adjetivo de tecato denomina perfectamente la indiferencia que el mundo ha desarrollado para marcar una división, para recordarme que somos distintos; que yo vivo nada más por setenta pesos, que no valgo más de setenta pesos y que la cura me hace valer y determina mi valor en el mundo; que vivo y muero al día y que a ellos no les importa si un día vivo o muero, a menos de que esté lo suficientemente cerca para que puedan señalarme y llamarme tecato. He recibido sólo dedos índices cuando estiro mi mano abierta. no tendrá cinco pesos para poder hablar a mi casa vengo llegando a la ciudad y necesito avisarles que estoy bien No les importa si estoy bien, ni si podré o no hablar a mi casa para avisar que he vuelto al mundo. La única mano que se abre, mostrando el camino a seguir, es aquella llanura por la que corre un caballo que hiela la sangre a la par que la quema.
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Cayendo
A partir de una ilustración de Nino Pruneda Me aterraba mirar dentro de mi boca, pues hay un abismo dentro de mí. Las palabras no pronunciadas bajaban en caída libre a través de mi garganta y eran vomitadas en forma de plegarias. Hay un abismo dentro de mí y me aterra tanto mirar como le aterra la introspección a quienes se saben débiles de mente, a quienes huyen de la lucidez. Me aterra conocerme y encontrar un abismo más grande. La única vez que busqué encontré una piedra: una piedra sin pulir, una piedra que brillaba, una piedra que podría haber filtrado la luz Yo tomé esa piedra y la usé para lastimar. Yo tomé esa piedra y ahora me da miedo mirar dentro de mí. Hasta la fecha continúo cayendo, cayendo en mi propio abismo viendo mi garganta en el reflejo del espejo. No creo llegar a conocerme pues me aterra mirarme a los ojos.
Alexandro Castro (Ojinaga, Chihuahua, 1996) Estudiante de Letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Autor del poemario Eróstrato (PECH, 2019), textos suyos aparecen en la antología Otras voces nos agitan (Capítulo siete, 2019). Durante algún tiempo fue guardia de seguridad y hasta la fecha tiene dudas sobre su piromanía.