A veces cuando me despierto y miro la computadora buscando mensajes, el cursor y las letras parecen mezclarse con una estática blanca que revuelve todo. Entonces las palabras se me escapan y la lectura se vuelve un juego de un gato borracho buscando un ratón. Los poemas que presentamos a continuación de Fernando Rangel nos obligan a imitar al gato. Los versos nos obligan a desplazar la lectura, a pensar en el texto como un producto del azar logarítmico. La lectura, como en otros textos que privilegiamos en este medio, no puede ser una acción en pasivo, sino el ejercicio de la sospecha. Pensar la palabra que sigue no como en una harmonía casi religiosa, sino como una posibilidad arbitraria ejemplificada perfecto en el autocorrector del teléfono celular.
E.L.A.
1- Punto y aparte
(El lector contempla la hoja como una obra de arte contemporáneo)
Este poema no está terminado El lector tiene que tomar el punto y arrojarlo sobre la página en el lugar que desee o al azar para ponerle fin a este poema El lector debe tomar el punto y estrellarlo en la hoja en blanco para dejar una mancha de tinta que escurra por la página

2- Lorem ipsum
Me voy a memorizar el lorem ipsum que es el pi de los que no saben matemáticas pero les advierto que tampoco sé latín
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3- Textos falsos
a) Dejemos que la computadora llene la hoja en blanco con el andar de nuestras manos por las teclas como los pasos de un gato ahakdjfuebdjdks b) Dejemos que el bloc de notas del celular termine los poemas a los que no nos atrevemos a ponerles punto final y dejemos que el texto predictivo haga lo suyo que tengas un excelente día que el tiempo se va que va a empezar a llover y no me molesta el agua y tú qué soñaste .
Luis Fernando Rangel (Chihuahua, 1995). Narrador, poeta y editor. Autor de Hotel Sputnik (Tintanueva, 2016; Mención honorífica del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño 2015), Conversación de dos gatos (Sangre ediciones, 2017; segundo lugar en el Premio Nacional Sergio Pitol de Relato 2017), Poemas para un Lugar Común (ICM Chihuahua, 2018), Dibujar el fin del mundo (Universidad Autónoma de Chihuahua, 2019; Premio Estatal de Poesía Joven Rogelio Treviño 2017) y Los líricamente desmadrados (Ediciones O, 2020). Ha publicado textos en Tierra Adentro, Visitas al Patio, Punto en línea, Punto de Partida, Pliego16, Himen, Bistró, Norte/Sur, Tinteroblanco, Revista Literaria Taller Igitur y las antologías Los habitantes (Capítulo siete, 2020) y Diamantinas (Poetazos, 2020). Forma parte del consejo editorial de Sangre ediciones, de la revista independiente Fósforo y de la revista Metamorfosis de la Universidad Autónoma de Chihuahua. A veces hace radio y siempre quiso rapear, pero no sabe cantar.