Los versos de Sofía Garduño se alejan de lo confesional: nos recuerdan que la poesía también es ficción. Detrás de la máscara de un niño, de un hombre, de una voz ajena a la suya, Garduño reflexiona sobre la vida, lo convencional, lo que se espera y no es.
K.M.C.
Orgasmo
Ceci n’est pas une poeme
esto no es un poema
Es un orgasmo
y el plato está servido:
¡Bon apetit!
Ojos negros
voy a morir: ¡qué putas!
Haré el amor mientras tomo el té
y miento y cojo
Diré: hambre,
existiré ahí: Dasein
Ojos negros, crees que existo aquí.
pero es que no sabes lo que es la petit mort
la muerte pequeña – pequeña muerte
minúscula.
Ojos negros,
Brindo por ti: ¡A tes amours!
La carne del hombre
De qué carajos sirve ser hombre:
casado
un hijo
arquitecto
La libra de carne lo vale todo
el hambre
la voz en que se nos va el deseo
y la voz con que lo llamamos.
Es otro hombre de tres rostros
tridente erecto
recuerdo póstumo de una noche de calvicies
El vino se vertía
y la carne estaba a 36 centavos la libra
Era otro hombre de tres rostros
su proposición erguida
mi nombre incómodo
y él
en la alcoba
El apartamento en la calle Bruselas
mi mujer de viaje
mi hijo dormido
y yo
(a mis 36 años)
tieso como un puño que se desgrana
Conejo verde
Y aun no les he visto reírse verdes
(mala hierba)
con extranjeros brincos
de conejos estúpidamente felices
de cagadero y orín ebrio
Volverán creyendo que lo han visto todo
que dos churros los han liberado
de su condición jodidamente humana
(Y si supiera del mágico reino de los conejos
seguramente no les diría)
Pero no los he visto aún riéndose
de sus narices rosadas y ridículas
aún no vomitan el hastío probable
el quehacer de hacer nada
de secuestrarse la vida
Maíz dulce niño partido
Nací así, con una muela podrida
con una boca como andrógino
que busca la única entrada a la luz:
un cuerpo virginal de niño, niño desnudo, carne tierna
Y cuando apenas veo, me hincho de sangre
y soy un amasijo de venas y dientes
en tanto que madre me pierde de vista
Ya no me hables madre, soy feliz, ¿no lo ves?
Soy un niño jugando a las espadas
Me gusta roer los huesos hasta que digan sangre
y el espanto, todo es juego y fiesta
el placer, dejar el no sobre la cabecera de la cama
NO matarás a tu prójimo
NO lo hago
NO robarás
NO lo hago
No madre, no lo hago, como dijiste
Es solo que nací así
con una muela podrida
y se me prohibió el maíz dulce
pero yo creí conveniente otra cosa
por ti madre por ti madre
por ti y el mismísimo Dios
Él sabe que la pureza entra por la boca
y yo bebo maíz dulce, niño-limón partido
Soy bueno, ¿verdad que soy bueno?
Uno es lo que es:
hematófago que pronuncia víscera en más de tres sílabas
Y también soy feliz madre, ¿lo ves?
el bien prevalece en mi estómago
Sofía Garduño Buentello (Cuernavaca, Morelos, 1992) es poeta, cuentista, traductora por parte de la Universidad Autónoma de Baja California y fundadora de Papiro Traducciones. Ha publicado en diversos medios como las revistas Delatripa, Revista Cultural Hispanoamericana, La piraña y El septentrión, y las antologías Vamos al circo: ficción hispanoamericana (Ficción express, 2016), De perfil los gatos siempre sonríen (Pinos Alados, 2017), El Experimento (Antología del Taller Experimental de Literatura, Colección Voz de arena, ICBC), Aromático: Plástica y poesía para el café (Pinos Alados, 2018), Resonancias (Ficción express, 2019). Fue becaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA 2018-2019) dentro de la categoría de Jóvenes Creadores. Actualmente, trabaja como traductora e intérprete en Papiro Traducciones como Oficial de Escritura de Propuestas en Terra Peninsular, A.C., es columnista de la revista Delatripa y cursa el Máster en Escritura Creativa de la Universidad de Salamanca.