el hacha que rompe mis ojos es el hacha que rompió alguna vez los tuyos // Diego Espíritu

Este llanto que estoy llorando es mío porque yo lo lloro y tú no, pero si tú no reconoces que es llanto deja de ser tal. Pienso entonces que el dolerme contigo es el primer paso para significar. Ya ni sé que cosa, pero al menos significa y eso es lo que me importa. Este punto en el que me despersonalizo tratando de tomar riendas sobre mi propio lenguaje es un regusto que me es familiar en la obra de Diego Espíritu. De mortales estoques emocionales como sonoros, Espíritu camina por debates teóricos y ensimismamientos lingüísticos por mera gracia de una retórica distorsionada, desarticulada y en constante tensión epistemológica.

Los dos poemas que hoy compartimos siguen estas líneas de exploración, donde la significación del sufrimiento es puesta en juicio constante. Un llanto escurridizo que se vuelve todos los llantos y luego ninguno o un hacha onírica descarnada son objetos que, entre juegos sonoros, nos extrañan del cómo usamos la escritura o el habla para intentar que el otro vislumbre por preciosos segundos una angustia que no se va. La fuerza de estos textos es un poder ritual que me desatora más dudas sobre la significación y no me contesta ninguna.

E.L.A.


en una casa hay diferentes tipos de llantos

el llanto largo
cuando aprieta el pecho 
                        en la noche
 
el llanto en una esquina
corto y agudo como acero que hierve
 
el llanto fantasma
que apenas y se escucha
al crujir de una ventana  
 
el llanto no es uno
ni el mismo 
sino el porqué
de algo que duele  
 
el llanto rompe
y cimbra cada raíz
hasta quebrar
 
lo inmaterial de donde mana
el sentido de un lenguaje roto
 
el llanto que invoca un ritual
donde no todo rompe   ni escampa
              sino que desatora otro llanto:
 
aquel cuando no vemos a oscuras
la forma verdadera de los demonios
 
el llanto como eso que nos guarda  
y en una casa, hemos dicho,
hay muchos y son distintos  
 
y hay tantas casas
como dolores 
dolores que son
                       y dicen

quiero decir
llantos dicientes
 
o mejor dicho
el llanto lento que empuja
con toda su fuerza
                        días nuevos
 
y por último
el llanto que corre/ donde no hay nada más que llanto
                                                                      en alguna casa
                                                                      sin nombre

*

el hacha que rompe mis ojos es el hacha que rompió alguna vez los tuyos

sueño que sueño
el mismo sueño de hace meses
: algo en el pecho empuja lo que un mazo aplasta
 
en general,
la prisa entumece el cuerpo
                                          grito
                                          y un hacha en 
                                          [el pecho quiebra los ojos
 
los taladros bufan al morder las paredes,
(habrá que desatorar el cuerpo
de las grietas y su entumecimiento)
 
repito:
“un hacha en el pecho quiebra los ojos”
la delgada tela de cristal que los cubre
rompe cada vez que algo la mueve
 
: resonancia de mazos,
cualquier paso en falso
rompe los ojos del mundo
 
el hacha en el pecho
astilla huesos por la noche
y con el oído en la nada
 
prolonga su mango hasta el techo
donde la pareidolia dibuja formas
 
si todos llevan un hacha clavada que hunde 
                                                       [con las horas
el peso agudo de los diferentes filos de la ansiedad 
                                                       [y la paranoia
 
 
 
el frenesí
                          no decanta la pesadez del fragmento
cicatriza
el sitio donde el hacha muerde
 
salvo el cuerpo
al que sostienen por cada uno de sus flancos
                                             hachas temblorosas

Diego Espíritu (Guadalajara, 1990). Parte del colectivo de investigación y creación Arte+Ciencia de la UNAM, así como del colectivo independiente de gestión cultural y producción artística Waxolote Okupa. Incluido en la antología “Líneas en tierra. Una colección de poemas mexicanos/ Lines in land. A collection of Mexican poems” editada y traducida por Tamryn Bennett y Guillermo Bátiz Cano para la editorial Australian Poetry. En 2017 impartió el curso de literatura expandida Máquinas post-concretas en el Centro de Cultura Digital y en El Festival Internacional Revueltas 2018, en Durango, donde además presentó la pieza “Concreto. Ensamble de Máquinas de Escribir a Ocho Manos” junto con el artista Jaime Lobato. Traducido al inglés en el San Diego Annual Poetry 2015-2016, 2016-2017, 2019-2020 por Cristina Pérez Díaz, María Cristina-Hall y Carla Rivarola, respectivamente. Autor de Poemas Panks para community managers (Buenos Aires, Santos Locos, 2016; México, Mantarraya 2017).

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